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MUSEO DE LAS FERIAS - PIEZAS DEL MES

Anagrama Museo de las Ferias

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07-01-19 - Ciclos expositivos en el Museo de las Ferias 01-2019

CONVOCATORIA DE PRENSA.

Jueves, 10 de enero de 2019

Presentación de las nuevas obras y documentos de los ciclos expositivos del Museo de las Ferias.

Meses de enero y febrero de 2019

La Obra Destacada” nº 183: Retratos de Miguel de Cervantes (donados por la "Asociación Amigos del Museo de las Ferias y del Patrimonio de Medina del Campo".

Documentos Archivo Simón Ruiz” nº 19: Póliza de seguro marítimo y Testimonio de un naufragio ante el Consulado del Mar de Pisa para el cobro de un seguro

El próximo jueves, 10 de enero de 2019, a las 11,30 h., se presentarán en el Museo de las Ferias las nuevas obras y documentos correspondientes a los dos ciclos expositivos temporales patrocinados por la Diputación de Valladolid:

-El nº 183 del ciclo “La Obra Destacada” son dos grabados litográficos fechados en 1855 y 1869, que muestran dos imágenes de tres cuartos y de busto, respectivamente, de Miguel de Cervantes. Ambos grabados han sido adquiridos gracias a la colaboración económica de la Asociación “Amigos del Museo de las Ferias y del Patrimonio de Medina del Campo”.

-El nº 19 del ciclo “Documentos Archivo Simón Ruiz” lo forman dos documentos: una póliza de seguro marítimo, emitida en Burgos en 1577, y un testimonio perteneciente a un proceso de reclamación ante el Consulado del Mar de Pisa, en marzo de 1603, para el cobro de un seguro marítimo, tras un naufragio, por mercaderes castellanos de lana.

* * *

Los ciclos expositivos "La Obra Destacada" y “Documentos Archivo Simón Ruiz” son actividades patrocinadas por la Diputación de Valladolid.

Retratos de Miguel de Cervantes

Célestin Nanteuil (1813-1873) Dibujante y litógrafo. Madrid: 1855. Litografía J. J. Martínez, Desengaño, 10. Cromolitografía / 44 x 31’5 cm (30 x 21’2 cm, imagen). Inscripción: "MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA"
Célestin Nanteuil (1813-1873) Dibujante y litógrafo. Madrid: 1855. Litografía J. J. Martínez, Desengaño, 10. Cromolitografía / 44 x 31’5 cm (30 x 21’2 cm, imagen). Inscripción: "MIGUEL DE CERVANTES SAAVEDRA"
José Cebrián García (1839-1904) Dibujante y litógrafo. Madrid: 1869. Litografía Julio Donón. Litografía / 32’5 x 22 cm hoja. Inscripción: "CERVANTES"
José Cebrián García (1839-1904) Dibujante y litógrafo. Madrid: 1869. Litografía Julio Donón. Litografía / 32’5 x 22 cm hoja. Inscripción: "CERVANTES"

Fundación Museo de las Ferias. Grabados donados por la Asociación de Amigos del Museo de las Ferias y del Patrimonio de Medina del Campo

La producción artística de temática quijotesca fue muy importante a lo largo de todo el siglo XIX y fueron abundantes las ilustraciones para las numerosas ediciones de la obra. Además de los espléndidos trabajos de importantes artistas extranjeros que no podemos obviar, como Daumier o Doré; destacan las ediciones decimonónicas españolas ilustradas como la edición de 1819 de la Academia con estampas pintadas por José Rivelles y grabadas por Tomás López Enguídanos y Alejandro Blanco Asensio; o la realizada entre 1855 y 1856 por la imprenta madrileña de Francisco de Paula Mellado con cuarenta y ocho litografías de Célestin Nanteuil cuyas composiciones tienen un gran contenido romántico. El éxito de estas estampas llevó a Juan José Martínez –el cual poseía un establecimiento litográfico en el número 10 de la calle del Desengaño de Madrid- a editar en el año 1855 un nuevo álbum con estampas de El Quijote cuyas láminas también se vendieron sueltas contribuyendo, en gran medida de esta manera, a la difusión popular de la iconografía romántica quijotesca.

Precisamente el primero de los “retratos” de Cervantes que presentamos pertenece a esta edición que consta de una serie de doce estampas cromolitográficas realizadas por el artista francés asentado en España, Célestin Nanteuil, con un formato mayor a las ilustraciones que había hecho para los libros. El genio universal de la novela caballeresca se representa con capa y en tres cuartos de figura, la mano izquierda sobre la empuñadura de la espada y en la otra -apoyada sobre un pedestal- lleva un rollo de papel donde se lee “Don Quijote”; al fondo, sobrevuela un ángel de la fama que le corona con diez estrellas de cinco puntas.

Por su parte, la segunda estampa se incluye en la obra Crónica general de España, ó sea Historia Ilustrada y Descriptiva de sus Provincias..., dirigida por Cayetano Rosell y López y publicada en doce volúmenes entre 1864 y 1871, todos ellos con el mapa de cada provincia y profusión de grabados con vistas de las ciudades y monumentos así como retratos a pleno folio de personalidades relevantes de la historia española. La estampación de estos retratos se hizo en el establecimiento madrileño de Julio Donón. El presente retrato aparece en la Crónica de la Provincia de Salamanca de don Manuel González de la Llana (Madrid: Rubio, Grilo y Vitturi, 1869, imprenta de J. E. Morete) que también incluye los retratos de Beatriz Galindo (la Latina) y fray Luis de León, realizados por el litógrafo francés Santiago Llanta y Guerin.

Fernando Ramos González

BIBLIOGRAFÍA

José Ibáñez Álvarez, El gabinete de estampas del siglo XIX del Museo Romántico de Madrid, Tesis Doctoral, Universidad Complutense, Madrid, 2003.

Wifredo Rincón García, “Visiones de El Quijote en el arte español”, en Cuaderno de Estudios Manchegos, 29, 2005, pp. 188-190.

José Manuel Lucía Megías, (comisario autor), Miguel de Cervantes: de la vida al mito (1616 -2016), [catálogo de la exposición: Biblioteca Nacional de España, del 1 de marzo al 22 de mayo de 2016], Biblioteca Nacional, coeditado con Acción Cultural Española, Madrid, 2016, pp. 174, 277.

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Póliza de seguro marítimo

Burgos, 15 marzo 1577

Impreso y manuscrito sobre papel / 30 x 20,5 cm

Archivo Simón Ruiz. ASR, CC, C 203, 137

Póliza de seguro marítimo. Burgos, 15 marzo 1577. Impreso y manuscrito sobre papel / 30 x 20,5 cm. Archivo Simón Ruiz. ASR, CC, C 203, 137
Póliza de seguro marítimo. Burgos, 15 marzo 1577. Impreso y manuscrito sobre papel / 30 x 20,5 cm. Archivo Simón Ruiz. ASR, CC, C 203, 137
Póliza de seguro marítimo. Pisa, 9 marzo 1603. Manuscrito sobre papel / 31 x 21,5 cm. Archivo Simón Ruiz. ASR, CC, C 203, 140 y 141
Póliza de seguro marítimo. Pisa, 9 marzo 1603. Manuscrito sobre papel / 31 x 21,5 cm. Archivo Simón Ruiz. ASR, CC, C 203, 140 y 141

Testimonio perteneciente a un proceso de reclamación ante el Consulado del Mar de Pisa, para el cobro de la acción de avería de un seguro marítimo, tras un naufragio, por mercaderes castellanos de lana (versiones en italiano y español)

Pisa, 9 marzo 1603

Manuscrito sobre papel / 31 x 21,5 cm

Archivo Simón Ruiz. ASR, CC, C 203, 140 y 141

La contratación de seguros marítimos era una práctica habitual entre los mercaderes, maestres y patrones de navíos en la España del siglo XVI. Técnica heredada de los hombres de negocios italianos de fines de la Edad Media, pero que los castellanos desarrollaron y expandieron. De hecho Burgos, bajo el amparo de su Consulado, fue, junto a Amberes y Génova, una de las bolsas de contratación de seguros más importantes de la época y, especialmente, la mayor de España, Portugal y América. Anualmente se contrataban cerca de 2.000 pólizas anuales, semejantes a la que se expone y que abarcaban rutas de todos los mares, desde La India hasta la América española y portuguesa, pasando por Terranova, las costas de África y la totalidad de los puertos europeos. A ellas hay que añadir la negociación de reaseguros y de pólizas de vida.

Su funcionamiento es sencillo. Un mercader, armador, patrón o marinero fija una cantidad de capital, el total o parte del valor de la carga o del barco, que será cobrada en caso de incidente. A cambio paga una suma de dinero, la prima, fijada mediante el cálculo de un tipo de interés, el premio, sobre la suma asegurada y que se establece en virtud de las condiciones del mercado, las incertidumbres de la ruta, la mercancía transportada y, en ocasiones, el tipo de nave empleada. Para tal operación se recurre a los servicios de uno o varios corredores de seguros que, actuando a título privado, corporativo o institucionalmente, se encargan de buscar a los financieros-aseguradores que cubren el riesgo a cambio de una comisión o encomienda. Para lo cual, de manera privada o con el refrendo de una institución, firman un contrato, la póliza de seguro. En caso de siniestro existe toda una legislación, desarrollada en el tiempo, que establece las formas e incidencias en las que se debe devolver la suma asegurada o parte de ella. Así, la legislación regula el extorno, cantidad a pagar si el capital asegurado fuere distinto del valor de la mercancía asegurada o el premio hubiera sido diferente, así como si se optara por renunciar al seguro en el caso de que no parta la nave o ésta fuere embargada. En caso de litigio se recurre a los tribunales mercantiles (los consulados) en primera instancia y en segunda – en el caso castellano – ante las Reales Chancillerías de Valladolid y Granada. La práctica estaba tan extendida que, como en la actualidad, los formularios de las pólizas estaban impresos, rellenándose exclusivamente las condiciones particulares y las firmas de los contratantes.

Este es el caso de una de las pólizas originales conservadas en el Archivo de Simón Ruiz. En ella los contratantes, Antonio de Quintanadueñas, vecino de Burgos –posiblemente actuando también como corredor de seguros-; Simón Ruiz vecino de Medina del Campo; Antonio Gomes y Luis Gomes su hijo, estantes en Lisboa; y Manuel Gomes de Elvas aseguran por 1.500 ducados, con un premio del 10%, un cargamento de especierías, consignado a nombre de Andrés Ruiz vecino de Nantes y hermano de Simón, desde el puerto de Lisboa al de Nantes en la nao La Trinidad y cuyo maestre fue Juan Galíndez, vecino de San Julián de Muzquiz en Vizcaya y que, según la documentación burgalesa, navegaba frecuentemente en las rutas de Portugal con las costas atlánticas europeas. En la póliza aparece 13 aseguradores cubriendo el riesgo. El contrato se realizó en Medina del Campo el 15 de marzo de 1577 y se puso bajo el amparo jurisdiccional del Consulado de Burgos.

Como se ha señalado, en el caso de siniestro por naufragio, ataque de piratas o pérdida o daño de la carga, los asegurados acudían ante los aseguradores para cobrar el capital que habían asegurado. Tal obligación era escrupulosamente vigilada por todas las Universidades de Mercaderes, ya que de su cumplimiento venía su buena reputación y que fueran centros de contratación de seguros. De ahí que, en el caso del Consulado de Burgos, fueran partidarios de las acciones extrajudiciales y, en su caso, de que las sentencias que emitía fueran no sólo cumplidas sino que fueran las de la última instancia jurisdiccional, sin tener que recurrir a la Real Chancillería de Valladolid. El problema venía en la cuantificación de la indemnización, cuando se hubiera producido un daño parcial de la carga o del casco: la llamada acción de avería. Esto daba lugar a pleitos, donde los cónsules, investigaban acerca de qué daños había sufrido el cargamento para evitar fraudes en los seguros. Este es el objeto del segundo documento expuesto, donde los Cónsules del Mar y Aduana de Pisa indican en 1603 el valor de cada una de las 17 sacas dañadas, señalando la marca comercial de cada una de sus propietarios castellanos y que figuraba en el envoltorio de las balas. La carga se había dañado el 27 de noviembre del año anterior debido a un naufragio del navío, llamado Santa María de Montero, cerca del puerto de Livorno. Sus consignatarios fueron Camilo Suárez de la Concha y Antonio de Valderrama, vecinos de Florencia y socios de la compañía Ruiz, que reclamaron las sumas aseguradas. A partir de dicha averiguación, se establecía la indemnización que debían de percibir estos últimos, que se valoró en 977 florines, 16 sueldos y 4 dineros.

Hilario Casado Alonso,
Catedrático de Historia Económica. Universidad de Valladolid

BIBLIOGRAFÍA

BASAS FERNÁNDEZ, M., El seguro marítimo en Burgos (siglo XVI). Bilbao, 1963.

CASADO ALONSO, H., “Los seguros marítimos de Burgos. Observatorio del comercio internacional portugués en el siglo XVI”, Revista da Faculdade de Letras. História. Porto, III Série, vol. 4, 2003, pp. 213-242.

CASADO ALONSO, H., “El seguro marítimo en la Carrera de Indias en la época de Felipe II”, in J. J. IGLESIAS RODRÍGUEZ, R. M. PÉREZ GARCÍA y M. F. FERNÁNDEZ CHAVES (eds.), Comercio y cultura en la Edad Moderna. Sevilla, Universidad, 2015. pp. 1253-1270.

LAPEYRE, H., Una familia de mercaderes: Los Ruiz. Contribución al estudio del comercio entre Francia y España en tiempos de Flipe II. Valladolid, 2008 (Edición francesa, Paris 1955), pp. 198-207

RUIZ MARTIN F., Lettres marchandes échangées entre Florence et Medina del Campo. Paris, 1965.

SPUFFORD, P., “From Genoa to London: the Places of Insurance in Europe”, in LEONARD, A. B. (ed.), Marine Insurance. Origins and Institutions, 1300-1850. New York, 2016. pp. 271-297.

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